Use Dark Theme
bell notificationshomepageloginedit profile

Munafa ebook

Munafa ebook

Read Ebook: Descripción colonial libro primero (1/2) by Liz Rraga Reginaldo De Rojas Ricardo Editor

More about this book

Font size:

Background color:

Text color:

Add to tbrJar First Page Next Page Prev Page

Ebook has 688 lines and 90936 words, and 14 pages

Esta ciudad de Esteco, es la del mismo nombre que poco m?s tarde fu? destru?da por un cataclismo, y sobre la cual los cronistas eclesi?sticos de la colonia han tejido una leyenda muy impregnada de reminiscencias b?blicas.

Garay fu? ? La Plata, enviado por los espa?oles del Paraguay, para arreglar con la hija de Ortiz de Z?rate la sucesion del gobierno, vacante por la muerte de su padre en 1578.

Chongos, lugar del Per?, cerca de la villa de Oropesa, ? Guancav?lica, y cerca de Jauja.

Nombre de los indios casi n?mades que habitaban en las riberas del Dulce.

DESCRIPCI?N BREVE

DE TODA LA TIERRA DEL

PER?, TUCUM?N, R?O DE LA PLATA Y CHILE

PARA EL EXCMO. SR. CONDE DE LEMOS Y ANDRADA

Presidente del Consejo Real de Indias

POR

FR. REGINALDO DE LIZ?RRAGA

CAPITULO PRIMERO

DE LA DESCRIPCI?N DEL PER?. DE QU? GENTE PROCEDAN LOS INDIOS

Destos pudo ser que navegando y buscando tierra firme diesen con ella, y dellos se poblasen estos reinos; y esto no parece dificultoso de imaginar, porque los cartaginenses que se quedaron en aquellas islas, con algunos navios se habian de quedar, con los cuales pudo ser que navegando para Espa?a ? buscando tierra firme se derrotaron y dieron en ella, que por lo menos en aquella derecera dista de las islas cien leguas, y m?s y menos como corre la costa, as? de las islas como de la tierra firme; porque el dia de hoy, como me refiri? un espa?ol qu' estuvo preso y captivo en la Deseada, que los indios della, en sus canoas, que son unas vigas m?s gruesas que un buey, de madera liviana, cavadas, largas y angostas, atraviesan ? la tierra firme ? la gobernacion de Venezuela, cien leguas por mar, y m?s; cuando hay viento, ? vela, y cuando les falta, ? remo, gui?ndose de noche por las estrellas que tienen marcadas en aquel tiempo, qu' es verano; donde el pobre remaba como captivo hasta que huy?ndose al tiempo que las flotas nuestras vienen ? Tierra Firme suelen aportar ? la Deseada ? tomar agua y le?a, fu? su ventura buena que ? cabo de pocos dias despues de huido y llegado al puerto, surgi? la flota en ?l y le tomaron los nuestros. De dia estaba escondido arriba en las copas de los ?rboles, que son muy grandes y altos y muy coposos y de ramas espesas, y de noche descendia, con no poco temor, ? buscar algunas ra?ces d?l conoscidas ? algun poco de marisco para comer, porque si sus amos le hallaran, como luego salieron, en ech?ndole menos en busca d?l, sin duda le flecharan y luego se le comieran. Son todos estos indios caribes, que quiere decir comedores de carne humana; bien dispuestos de cuerpo, morenotes, y as? los varones como las mujeres andan desnudos, como si vivieran en el estado de la ignocencia; son grandes flecheros y muy ligeros, y el cuero del cuerpo, por el mucho calor, muy duro. Estas islas son abundantes de muchas v?boras ponzo?osas y culebras muy grandes que llaman bobas, y muy gruesas; tienen muchas aves de monte y cr?anse en ellas muchos venados. Lo que con mucha verdad podemos afirmar, que no se sabe hasta hoy, ni en los siglos venideros naturalmente se sabr?, de qu? hijos ? nietos ? descendientes de No? los indios de todas estas islas, ni Tierra Firme, ni M?xico, ni del Per?, hayan procedido.

CAPITULO II

DE LA DESCRIPCI?N DEL PIR?

Descendiendo en particular ? nuestro intento, tratar? lo que he visto, como hombre que allegu? ? este Per? m?s ha de cincuenta a?os el dia que esto escribo, muchacho de quince a?os, con mis padres, que vinieron ? Quito, desde donde, aunque en diferentes tiempos y edades, he visto muchas veces lo m?s y mejor deste Pir?, de all? hasta Potos?, que son m?s de 600 leguas, y desde Potos? al reino de Chile, por tierra, que hay m?s de quinientas, atravesando todo el reino de Tucum?n, y ? Chile me ha mandado la obediencia ir dos veces; esta que acabo de decir fu? la segunda, y la primera por mar desde el puerto de la ciudad de Los Reyes; he dicho esto porque no hablar? de oidas, sino muy poco, y entonces dir? haberlo oido mas ? personas fidedignas; lo dem?s he visto con mis propios ojos, y como dicen, palpado con las manos; por lo cual lo visto es verdad, y lo oido, no menos; algunas cosas dir? que parece van contra toda razon natural, ? las cuales el incr?dulo dir? que de largas v?as, etc., mas el tal dar? muestras de un corto entendimiento, porque no creer los hombres sino lo que en sus patrias veen, es de los tales.

PROS?GUESE LA DESCRIPCI?N DEL PER?

Este reino, tom?ndolo por lo que habitamos los espa?oles, es largo y angosto; comienza, digamos, desde el puerto, ? por mejor dezir playa, llamado Manta, y por otro nombre Puerto Viejo.

Ll?mase Puerto Viejo por un pueblo de espa?oles, as? llamado, que dista del puerto la tierra adentro ocho ? diez leguas; no le he visto, pero s? es abundante de trigo y ma?z y otras comidas de la tierra, de vacas y ovejas, y es abundante de muchos caballos y no malos; el temple es caliente, aunque templado el calor; cria la tierra muchas sabandijas ponzo?osas, y con estar en la l?nea equinocial no es muy caluroso. Los aires de la mar le refrescan; llueve en ?l, aunque no mucho.

CAPITULO IV

DE LA PUNTA DE SANTA HELENA

Siguiendo la costa adelante, que toda ella desde punta de Manglares hasta el estrecho de Magallanes, que sin dubda hay m?s de mil leguas, corre Norte Sur , est? la punta llamada de Santa Helena; tiene pocos ? ningunos indios el dia de hoy; cuando la vi y saltamos en ella eran muy pocos los que all? vivian. En esta punta, aunque es playa, suelen surgir los navios que vienen de Panam?, toman agua y algun refresco. Hubo aqu? antiguamente gigantes, que los naturales decian no saber d?nde vinieron; sus casas tenian tres leguas m?s abajo del surgidero, hechas ? dos aguas con vigas muy grandes; yo vi all? algunas traidas en balsas para hacer un tambo que all? labraba el encomendero de aquellos indios, llamado Alonso de Vera y del Peso, vecino de Guayaquil.

Vi tambien una muela grande de un gigante, que pesaba diez onzas, y m?s. Refieren los indios, por tradici?n de sus antepasados, que como fuesen advenedizos, no saben de d?nde, y no tuviesen mujeres, las naturales no los aguardaban, dieron en el vicio de la sodomia, la cual castig? Dios enviando sobre ellos fuego del cielo, y as? se acabaron todos; no tiene este vicio nefando otra medicina.

Hay tambien en este puerto, no lejos del tambo, una fuente como de brea l?quida, que mana, y no en peque?a cantidad; del agua se aprovechan algunos navios en lugar de brea, como se aprovech? el nuestro, porque vini?ndonos anegando entramos en la bahia de Caraques, doblado el cabo de Pasao, ocho leguas m?s abajo de Manta, de donde se invi? el batel con ciertos marineros ? esta punta por esta brea , y traida se descarg? todo el navio; di?sele lado y con el copey cocido para que se espesase m?s brearon el navio, y saliendo de all? navegamos sin tanto peligro.

CAPITULO V

DEL PUEBLO DE GUAYAQUIL

De aqu? por mar en balsas se va al segundo pueblo de espa?oles; no s? las leguas que hay, doblando esta punta hasta Santiago de Guayaquil, y tambien se camina por tierra llana, y en tiempo de aguas, cenagosa. Este pueblo Santiago de Guayaquil es muy caluroso por estar apartado de la mar; tiene mal asiento, por ser edificado en terreno alto, con figura como de silla estradiota, por lo cual no es de cuadras, ni tiene plaza, sino muy peque?a, no cuadrada. Por la una parte y por la otra deste cerro tiene la ribera de un rio grande y caudaloso, navegable, empero no se puede entrar en ?l si no es con creciente de la mar, ni salir si no es en menguante; tanta es la velocidad y violencia de el agua, cresciendo ? menguando. Cr?anse en las casas muchas sabandijas, cuales son culebras, y alguna v?boras, sapos muy grandes, ratones en cantidad; est?n cenando, ? en la cama, y vense las culebras correr por el techo tras el raton, que son como las ratas de Espa?a; al tiempo de las aguas, infinitos mosquitos, unos zancudos cantores, de noche infectisimos, no dejan dormir; otros peque?os, que de d?a solamente pican, llamados rodadores, porque en teniendo llena la barriga, como no puedan volar, d?janse caer rodando en el suelo, y otros, y los peores y m?s peque?os, llamados jejenes, ? comijenes, importun?simos; m?tense en los ojos y donde pican dejan escociendo la carne por buen rato, con no peque?a comezon.

Es pueblo de contrataci?n, por ser el puerto para la ciudad de Quito, y por se hacer en ?l muchos y muy buenos navios, y por las sierras de agua que tiene en las monta?as el rio arriba, de donde se lleva ? la ciudad de Los Reyes mucha y muy buena madera. Tiene dos ? tres excelencias notables: la primera, la carne de puerco es aqu? saludable, las aves bon?simas, y sobre todo el agua del rio, particularmente la que se trae de Guayaquil el Viejo, que es donde se pobl? este pueblo; van por ella en balsas grandes, en una marea, y vuelven en otra; dicen esta agua corre por cima de la zarzaparrilla, yerba ? bejuco not?simo en todo el mundo por sus buenos efectos para el mal franc?s, ? bubas por otro nombre, las cuales se ver?n aqu? mejor que en parte de todo el orbe, y sana muy en breve los pacientes, dej?ndoles la sangre purificada como si no hobieran sido tocados desta enfermedad, con s?lo tomarla por el ?rden que all? se les manda guardar; empero si no se guardan por lo menos seis meses, tornan ? recaer; yo vi un hombre gafo en un valle distrito de Quito, llamado Riopampa, que no pod?a comer con sus manos, y lo pusieron en una hamaca para lo llevar ? que se c?rase en este pueblo, y dentro de seis meses le vi en Los Reyes tan gordo y tan sano como si no hobiera tenido enfermedad alguna, y otros he visto volver san?simos; suficiente excelencia para contrapeso de las plagas referidas. No se da trigo en este pueblo, mas dase ma?z muy blanco, y el pan que d?l se hace es mejor y m?s sabroso que el de nuestro trigo; danse muchas naranjas y limas, y frutas de la tierra en cantidad, buenas y sabrosas, y la mejor de todas ellas son las llamadas badeas por nosotros; son tan grandes como melones, la c?scara verde, la carne, digamos, blanca, no de mal sabor; por dentro tiene unos granillos poco menores que garbanzos, con un caldillo que lo uno y lo otro comido sabe ? uvas moscateles las m?s finas; es regalada comida.

Por este rio arriba se sube en balsas para ir ? la ciudad de Quito, que dista deste pueblo sesenta leguas, en la sierra y tierra fria, las veinticinco por el rio arriba, las dem?s por tierra.

Al verano se sube en cuatro ? cinco dias; al ivierno en ocho cuando en menos tiempo, porque se rodea mucho: d?jase la madre del rio y declinando sobre la mano derecha ? las sabanas, que son unos llanos muy grandes llenos de carrizo, pero anegados del agua que sale de la madre del rio, ll?vanse las balsas con botadores, porque el agua est? enbalsada y no corre; es cierto que si la tierra no fuera tan c?lida y llena de mosquitos, causara mucha recreacion navegar por estas sabanas.

En ellas hay algunos pedazos de tierras altas que son como islas, donde los indios tienen sus poblaciones con abundancia de comidas y mantenimientos de los que son naturales ? sus tierras: mucha caza de venados y puercos de monte, que tienen el ombligo en el espinazo; pavas, que son unas aves negras grandes, crestas coloradas y no malas al gusto; hay tambien en estas islas tigres no poco da?osos ? los indios, y es cosa de admiracion: en estas sabanas hay muchas casas, ? barbacoas por mejor decir, puestas en cuatro ca?as de las grandes, en cuadro, tan gruesas como un muslo y muy altas, hincadas en el suelo; tienen su escalera angosta, por donde suben ? la barbacoa ? ca?izo donde tienen su cama y un toldillo para guarecerse de los mosquitos; aqu? duermen por miedo de los tigres; muchos destos indios est?n toda la noche en peso sin dormir, tocando una flautilla, aunque la m?sica, para nosotros ? lo menos, no es muy suave; estas barbacoas no sustentan m?s que una persona.

Todo este rio, ? lo menos en la madre que yo vi, es abundante de caimanes ? lagartos, que son los cocodrilos del rio Nilo, muy grandes, de veinte y cinco pies en largo, y dende abajo, conforme ? la edad que tienen; encima del agua no parecen sino vigas, y son tantos, que muchas veces vi ? los indios que remaban y guiaban las balsas darles de palos con los botadores para que los dejasen pasar.

Y pues habemos venido ? tractar destos lagartos ? caimanes, ser? justo decir sus propiedades, las cuales he yo visto. Tienen la misma figura que un lagarto, pero tan largos como acabo de decir; son veloc?simos en el agua, duermen en tierra, y en ella son perezos?simos, y esto es necesario, por ser de cuerpos tan grandes y de barriga anchos; los pies y manos cortos; el sue?o es pesad?simo, porque lo que subcedi? con uno destos en Panam?, ? yo lo vi muerto en la playa, paso as?: que una ma?ana de San Juan se salieron tres mujeres enamoradas, las cuales vi en aquella ciudad, con sus hombres ? lavarse al rio, que es peque?o, y cerca del pueblo; el tiempo os caluroso y de aguas, por ser el ivierno, aunque por San Juan suelen cesar por algunos dias, y as? se llama el veranillo de San Juan; llegaron al rio y en una poza se entraron ? ba?ar, en la cual se habia un caiman quedado, que con avenida se subi? de la mar por el rio arriba, y como ces? la avenida no pudo volverse ? la mar, donde hay muchos; en este aroyo no se crian.

El caiman estaba durmiendo en tierra; ba??ronse estas mujeres, y saliendo una ? enjugarse, pareci?ndole pe?a el caiman dormido, sent?se encima d?l una, y saliendo la otra llam?la convid?ndola con la pe?a tan blanda; sali? la tercera y convid?ndola sent?se m?s h?cia la cola, donde los caimanes tienen unas conchas agudas, y como se espinase con ellas, dijo: ?Oh! qu? espinosa pe?a, y tentando con la mano, no era a?n de dia, levant? la cola del caiman, y conosci?ndolo di? voces: ?caiman, caiman! las dem?s lev?ntanse no poco alborotadas; llamaron ? sus hombres, que se habian apartado un poco rio abajo; ? las voces acudieron y con sus espadas mataron al caiman antes que entrase en el agua.

El mismo dia por la ma?ana le trajeron negros arrastrando ? la ciudad, y lo pusieron en la playa, donde todo el pueblo lo fu? ? ver; conosc? ? trat? ? uno de los que iban con estas mujeres que se hall? presente, llamado Bracamonte, de quien y de otros o? lo referido; tenia de largo 18 pies.

Vi tambien en esta misma ciudad otro caiman muerto en el portete della, ? donde los navios peque?os y fragatas con la marea entran y con ella salen, que unos negros de un vecino de aquella ciudad, llamado Cazalla, viniendo de una isla de su amo ? este portete con la creciente de la marea, acaso le hallaron, que se habia quedado en la menguante precedente en la lama ; ech?ronle un lazo y muerto le trujeron por la popa de la fragata; este caiman era muy grande: tenia de largo 22 pies: yo le vi medir, vile desollar, y del buche le sacaron muchas piedras, que me parece habria tres copas de sombrero de los comunes, unas mayores y otras menores, y las mayores tan grandes como huevo de gallina; es cierto comen piedras y con el calor del buche las digieren; estaban lisas, y por algunas partes gastadas; vi tambien que debajo de los brazos, s?ame l?cito decir, del sobaco, le sacaron unas bolsillas llenas de un olor que no parecia sino almiscle; esto curan al sol y huele como el mismo almiscle; entonces lleg? del Per? un hombre rico llamado Bozmediano, y la piel deste animal le dieron; decia lo habia de llevar ? Espa?a y ponerlo en Santiago de Galicia.

No tienen lengua, sino una paletilla peque?a con que cubren y abren el tragadero, por lo cual debajo del agua no pueden comer; tienen los dientes por una parte acut?simos, por la otra encajan unos en otros; hecha presa no la sueltan hasta que la han despedazado.

Es cosa graciosa verlos cazar gaviotas, p?jaros bobos y cuervos marinos y otras aves; cuando ?stas se abaten de arriba abajo ? pescar, velas venir el caiman, y por debajo del agua va ? donde la pobre ave da consigo en el agua, y veniendo con tanta velocidad no puede declinar la ca?da, como el caballo en medio de la carrera; entonces el caiman antes que llegue al agua abre la boca, y pensando el ave dar en el agua, da en la boca del caiman, y pensando cazar la sardina ? otro pece es cazada, y el caiman, la cabeza fuera del agua levantada, tr?gase la gaviota ? cuervo marino. El buche desta bestia es calid?simo; aprov?chanse d?l, bebido en polvos, contra el dolor de la ijada; son amic?simos de perros y caballos, y por esto la balsa donde van la siguen muchas leguas.

Cuando est?n cebados y encarnizados en carne humana son muy da?osos, y hacen el da?o desta manera: para hacer la presa en el indio ? negro que lava en el rio, ? coge agua, vienen muy ocultamente por debajo della, y vi?ndola suya, vuelven con una velocidad extra?a la cola, y dan con ella un zapatazo en el indio ? negro; cae el indio en el agua, al cual al instante le echan mano con la boca, de donde pueden; ll?vanlo al rio ? mar adelante hasta que lo ahogan, y sac?ndolo ? tierra se lo comen.

Destos caimanes hay mucha cantidad en otros rios, as? desta costa como de Tierra Firme y M?xico, como el temple sea caluroso; en ?sta del Pir? no pasan del gran rio de Motape adelante.

Por este rio de Guayaquil arriba se sube en balsas grandes hasta el desembarcadero, veinticinco leguas; hasta el dia de hoy hay requas de mulas y caballos que llevan las mercaderias ? aquella ciudad y ? otros pueblos que de Panam? vienen ? Guayaquil. Viven en esta ciudad y su distrito dos naciones de indios, unos llamados Guamcavillcas, gente bien dispuesta y blanca, limpios en sus vestidos y de buen parecer; los otros se llaman Chonos, morenos, no tan pol?ticos como los Guamcavillcas; los unos y los otros es gente guerrera; sus armas, arco y flecha. Tienen los Chonos mala fama en el vicio nefando; el cabello traen un poco alto y el cogote trasquilado, con lo cual los dem?s indios los afrentan en burlas y en veras; ll?manlos perros chonos cocotados, como luego diremos.

Desde aqu? ? pocas leguas andadas se llega ? un convento de San August?n fundado en el valle llamado Reque, que tiene por nombre Nuestra Se?ora de Guadalupe, porque Francisco de Lezcano , volviendo ac? trujo una im?gen de Nuestra Se?ora, del tama?o de la de Guadalupe de Espa?a; p?sola en la iglesia del pueblo de aquel valle que los padres de San Agustin tenian ? su cargo, d?ndola el nombre de Nuestra Se?ora de Guadalupe.

Luego que se puso hizo muchos milagros sanando diversas enfermedades, y particularmente ? los quebrados. O? decir al padre fray Gaspar de Carvajal que siendo muy enfermo, como tambien le vi para espirar de esta enfermedad, fu? ? tener unas novenas, y las tuvo en aquel convento, y al cabo de los nueve dias se hall? sano y salvo de su quebradura, como si en su vida no la hobiera tenido, y nunca m?s padeci? aquella enfermedad, viviendo despues muchos a?os; ya han cesado estos milagros y aun la devocion de la im?gen, por la indevocion de los circunvecinos. El convento es religioso y de mucha recreacion; sust?ntanse en ?l de 16 ? 20 religiosos, con mucha clausura y ejercicio de letras.

CAPITULO VI

DEL VALLE DE CHICAMA

Pocas leguas adelante, no creo son dos jornadas, corre el valle de Chicama, abundante; los hijos de los espa?oles que nascen en este pueblo, por la mayor parte son gentiles hombres, y las mujeres les hacen gran ventaja, y aun ? todas las del Per?; cr?ese que el agua es gran parte en este particular, porque donde la hay buena, las mujeres son muy bien dispuestas que donde no es tal; esto lo dice la experiencia.

Saliendo, pues, de la ciudad de Guayaquil para la mar en una marea ? poco m?s, menguante, se llega ? la isla Lampuna, cuyo nombre corrompido llaman la Puna, cuyos indios fueron belicosos mucho; comian carne humana; era bastantemente poblada. Produce oro y mucha comida; toda su costa es abundant?sima de pescado. Produce tambien cantidad de sabandijas ponzo?osas, culebras, v?boras y otros animales; por la costa della, particular la que mira la tierra, se veen muchos caimanes; dista de la tierra firme poco m?s de ocho leguas.

Estos indios se comieron al primer obispo que hobo en estos reynos, llamado Fr. Vicente de Valverde, religioso de nuestra sagrada Orden, con otros espa?oles; fu? obispo de m?s tierra que ha habido en el mundo, porque desde Panam? hasta Chile se prolongaba por mar y por tierra su obispado. Era fama en aquella isla haber un tesoro riqu?simo que los indios tenian escondido; despach?le el Marqu?s Pizarro desde la ciudad de Los Reyes con poca gente para que lo descubriese y sacase; los indios eran recien conquistados; los cuales, recibiendo ? nuestro obispo y ? los que con ?l iban, de paz, y sabiendo ? lo que venian, los descuidaron, y descuidados dan en ellos, m?tanlos y c?menselos; por esto son afrentados de los indios comarcanos, llam?ndoles perros Lampuna, come obispo. Estos indios son grandes marineros, tienen balsas grandes de madera liviana, con las cuales navegan y se meten en la mar ? pescar muchas leguas; vienen ? Guayaquil con ellas cargadas de pescado, lizas, tollos, camarones, etc., y suben al desembarcadero que dejamos dicho del rio de Guayaquil; cuando en este rio se encuentran estos indios con los Chonos, se afrentan los unos ? los otros; los Chonos d?cenles; ?ah! perro Lampuna, come obispo! Los Lampunas: ?ah! perro Chono, cocotarro! not?ndolos del vicio nefando; ?sto vi y o?. Hay en esta isla plateros de oro que labran una chaquira de oro, as? la llamamos ac?, tan delicada, que los m?s famosos art?fices nuestros, ni los de otras nasciones la saben, ni se atreven ? labrar; destas usaban las mujeres principales collares para sus gargantas; llev?se ? Espa?a, donde era en mucho tenida.

DE TUMBES

Prolongando la costa y corriendo Norte, Sur, pocas leguas adelante, no son veinte, llegamos al puerto llamado Tumbes, que m?s justamente se ha de llamar playa y costa brava; tiene esta playa un rio grande y caudaloso de buena agua, pero los navios que antiguamente all? aportaban no entraban en ?l por la mucha mar de tumbo y olas unas tras otras que cuotidianamente quiebran en su boca, viniendo m?s de media legua de la mar, por lo cual es dificultoso entrar en ?l aun balsas, y si son aguas vivas es imposible, so pena de perderse.

Add to tbrJar First Page Next Page Prev Page

Back to top Use Dark Theme