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Munafa ebook

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Read Ebook: Poesías completas by Machado Antonio

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Ebook has 65 lines and 9423 words, and 2 pages

ludo. Si eres verg?enza humana de esos rencores cabezudos con que se matan miles de avaros mercaderes, sobre la madre tierra que los pari? desnudos; si sabes c?mo Europa entera se anegaba en una paz sin alma, en un af?n sin vida, y que una calentura cruel la aniquilaba, que es hoy la fiebre de esta pelea fratricida; si sabes que esos pueblos arrojan sus riquezas al mar y al fuego--todos--para sentirse hermanos un d?a ante el divino altar de la pobreza, gabachos y tudescos, latinos y britanos, entonces, paz de Espa?a, tambi?n yo te saludo, y a ti, la Espa?a fuerte, si, en esta paz bendita, en tu desde?o esculpes, como sobre un escudo, dos ojos que avizoran y un ce?o que medita.

CXLVI

Esta leyenda en sabio romance campesino, ni arcaico ni moderno, por Valle-Incl?n escrita, revela en los halagos de un viento vespertino, la santa flor de alma que nunca se marchita.

Es la leyenda campo y campo. Un peregrino que vuelve solitario de la sagrada tierra donde Jes?s morara, camina sin camino, entre los agrios montes de la galaica sierra.

Hilando silenciosa, la rueca a la cintura, Adega, en cuyos ojos la llama azul fulgura de la piedad humilde, en el romero ha visto, al declinar la tarde, la p?lida figura, la frente gloriosa de luz y la amargura de amor que tuvo un d?a el SALVADOR DOM. CRISTO.

Este noble poeta que ha escuchado los ecos de la tarde y los violines del oto?o en Verlaine, y que ha cortado las rosas de Ronsard en los jardines de Francia, hoy, peregrino de un Ultramar de Sol, nos trae el oro de su verbo divino. ?Salterios del loor vibran en coro! La nave bien guarnida, con fuerte casco y acerada prora, de viento y luz la blanca vela henchida surca, pronta a arribar, la mar sonora; y yo le grito: ?Salve! a la bandera flam?gera que tiene esta hermosa galera que de una nueva Espa?a a Espa?a viene.

Si era toda en tu verso la armon?a del mundo, ?d?nde fuiste, Dar?o, la armon?a a buscar? Jardinero de Hesperia, ruise?or de los mares, coraz?n asombrado de la m?sica astral, ?te ha llevado Dionysos de su mano al infierno y con las nuevas rosas triunfante volver?s? ?Te han herido buscando la so?ada florida, la fuente de la eterna juventud, capit?n? Que en esta lengua madre la clara historia quede; corazones de todas las Espa?as, llorad. Rub?n Dar?o ha muerto en Castilla del Oro, esta nueva nos vino atravesando el mar. Pongamos, espa?oles, en un severo m?rmol, su nombre, flauta y lira, y una inscripci?n no m?s: nadie esta lira ta?a, si no es el mismo Apolo, nadie esta flauta suene si no es el mismo Pan.

Tus versos me han llegado a este rinc?n manchego, regio presente en arcas de rica taracea, que guardan, entre ramos de castellano espliego, narcisos de Citeres y lirios de Judea.

En tu ?rbol viejo anida un canto adolescente, del ruise?or de anta?o la dulce melod?a. Poeta, que declaras arrugas en tu frente, tu musa es la m?s noble: se llama Todav?a.

El coraz?n del hombre con red sutil envuelve el tiempo, como niebla de r?o una arboleda. ?No mires: todo pasa; olvida: nada vuelve! Y el coraz?n del hombre se angustia... ?Nada queda!

El tiempo rompe el hierro y gasta los marfiles. Con limas y barrenas, buriles y tenazas, el tiempo lanza obreros a trabajar febriles, enanos con punzones y c?clopes con mazas.

El tiempo lame y roe y pule y mancha y muerde; socava el alto muro, la piedra agujerea; apaga la mejilla y abrasa la hoja verde; sobre las frentes cava los surcos de la idea.

Pero el poeta afronta al tiempo inexorable, como David al fiero gigante filisteo; de su armadura busca la pieza vulnerable, y quiere obrar la haza?a a que no os? Teseo.

Vencer al tiempo quiere. ?Al tiempo! ?Hay un seguro donde afincar la lucha? ?Qui?n lanzar? el venablo que cace esa alima?a? ?Se sabe de un conjuro que ahuyente ese enemigo, como la cruz al diablo?

El alma. El alma vence--?la pobre cenicienta, que en este siglo vano, cruel, empedernido, por esos mundos vaga escu?lida y hambrienta!-- al ?ngel de la muerte y al agua del olvido.

Su fortaleza opone al tiempo, como el puente al ?mpetu del r?o sus p?treos tajamares; bajo ella el tiempo lleva bramando su torrente, sus aguas cenagosas huyendo hacia los mares.

Poeta, el alma s?lo es ancla en la ribera, dardo cruel y doble escudo adamantino; y en el diciembre helado, rosal de primavera; y sol del caminante y sombra del camino.

Poeta, que declaras arrugas en tu frente, tu noble verso sea m?s joven cada d?a; que en tu ?rbol viejo suene el canto adolescente, del ruise?or eterno la dulce melod?a.

CXL MIS POETAS

El primero es Gonzalo de Berceo llamado, Gonzalo de Berceo, poeta y peregrino, que yendo en romer?a acaeci? en un prado, y a quien los sabios pintan copiando un pergamino. Trov? a Santo Domingo, trov? a Santa Mar?a, y a San Mill?n, y a San Lorenzo y Santa Oria, y dijo: mi dictado non es de juglar?a; escrito lo tenemos; es verdadera historia. Su verso es dulce y grave: mon?tonas hileras, de chopos invernales en donde nada brilla; renglones como surcos en pardas sementeras, y lejos, las monta?as azules de Castilla. ?l nos cuenta el repaire del romeo cansado; leyendo en santorales y libros de oraci?n, copiando historias viejas, nos dice su dictado, mientras le sale afuera la luz del coraz?n.

CLI A DON MIGUEL DE UNAMUNO

Este donquijotesco Don Miguel de Unamuno, fuerte vasco, lleva el arn?s grotesco y el irrisorio casco del buen manchego. Don Miguel camina, jinete de quim?rica montura, metiendo espuela de oro a su locura, sin miedo de la lengua que malsina.

A un pueblo de arrieros, lechuzos y tahures y logreros dicta lecciones de Caballer?a.

Y el alma desalmada de su raza, que bajo el golpe de su f?rrea maza a?n duerme, puede que despierte un d?a.

Quiere ense?ar el ce?o de la duda antes de que cabalgue, al caballero; cual nuevo Hamlet, a mirar desnuda cerca del coraz?n la hoja de acero.

Tiene el aliento de una estirpe fuerte que so?? m?s all? de sus hogares, y que el oro busc? tras de los mares. ?l se?ala la gloria tras la muerte. Quiere ser fundador y dice: Creo, Dios y adelante el ?nima espa?ola... Y es tan bueno y mejor que fu? Loyola: sabe a Jes?s y escupe al fariseo.

CLII A JUAN RAM?N JIM?NEZ

Era una noche del mes de mayo, azul y serena, sobre el agudo cipr?s brillaba la luna llena,

iluminando la fuente en donde el agua surt?a, sollozando intermitente. S?lo la fuente se o?a.

Despu?s, se escuch? el acento de un oculto ruise?or. Quebr? una racha de viento la curva del surtidor.

Y una dulce melod?a vag? por todo el jard?n: entre los mirtos ta??a un m?sico su viol?n.

Era un acorde lamento de juventud y de amor para la luna y el viento, el agua y el ruise?or.

<> Cantaba una voz doliente, alma de la primavera.

Call? la voz y el viol?n apag? su melod?a. Qued? la melancol?a vagando por el jard?n. S?lo la fuente se o?a.

PUBLICACIONES DE LA RESIDENCIA DE ESTUDIANTES

Estas publicaciones responden a la necesidad de buscar una expresi?n de la actividad espiritual que en la RESIDENCIA y en torno de ella se ha ido desenvolviendo. Los varios modos en que va cuajando esta actividad, estar?n representados en diferentes series de libros. No se trata, pues, tan s?lo, de dar publicidad a los trabajos de los Residentes, primeros frutos de su formaci?n cient?fica, sino de recoger tambi?n otras producciones que han nacido al contacto de la RESIDENCIA con el ambiente ideal exterior. La obra de la RESIDENCIA ha sabido atraer la atenci?n y el apoyo moral de literatos, cient?ficos y pol?ticos, que trabajan unidos a su lado, como si se tratase de una obra propia; y este n?cleo formado en torno de la RESIDENCIA se ha dispuesto con devoci?n y con entusiasmo a sembrar en ella y desde ella, en la juventud espa?ola, los ideales de la Patria futura. En fin, la continuidad de la labor educacional de la RESIDENCIA, la lleva a perpetuar en sus publicaciones momentos ejemplares de la cultura universal y de la vida nacional, para todo lo cual encontrar? cauce en las actuales series y en otras nuevas, que a su tiempo saldr?n a luz.

Con estos cuadernos de Investigaci?n, quisiera la RESIDENCIA contribuir a la labor cient?fica espa?ola.

Componen esta serie trabajos originales que, aun versando sobre temas concretos de arte, historia, ?tica, literatura, etc., tienden a expresar una ideolog?a de amplio inter?s, en forma c?lida y personal.

Y otros de P?o Baroja, Gabriel Alomar, Nicol?s Ach?carro, Pedro Dorado y Montero, etc.

Para promover viriles entusiasmos, nada como las vidas heroicas de hombres ilustres, exaltadas por esp?ritus gemelos. Esta serie consta de ejemplares biograf?as, cuya traducci?n se ha confiado a escritores competentes.

La RESIDENCIA se propone perpetuar, con esta serie, la eficacia de toda manifestaci?n espiritual , que impulse la nueva Espa?a hacia un ideal puro, abierto y definido.

EL SACRIFICIO DE LA MISA, por GONZALO DE BERCEO. Edici?n de ANTONIO G. SOLALINDE.--Precio: 1,50 ptas.

DE LA AMISTAD Y DEL DI?LOGO, por EUGENIO D'ORS. Agotada.

JEAN S?BASTIEN BACH, AUTEUR COMIQUE, par M. ANDR? PIRRO.--Precio: 1,50 ptas.

AL MARGEN DE LOS CL?SICOS, por AZOR?N. --Precio: 3,50 ptas.

EL PROTECTORADO FRANC?S EN MARRUECOS Y SUS ENSE?ANZAS PARA LA ACCI?N ESPA?OLA, por MANUEL GONZ?LEZ HONTORIA.--Precio: 4 ptas.

APRENDIZAJE Y HERO?SMO, por EUGENIO D'ORS. --Precio: 2 ptas.

EL LICENCIADO VIDRIERA, visto por AZOR?N.--Precio: 3 ptas.

DISCIPLINA Y REBELD?A, por FEDERICO DE ON?S. --Precio: 1 pta.

VIDA DE BEETHOVEN, por ROMAIN ROLLAND. Traducci?n de JUAN RAM?N JIM?NEZ. --Precio: 3,50 ptas.

ENSAYOS. Tomo I, por MIGUEL DE UNAMUNO. --Precio: 3 ptas.

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